Grasas buenas

Las grasas insaturadas son las únicas beneficiosas y debemos elegir los ingredientes en los que predominen mayoritariamente respecto a las saturadas y además las más fácilmente asimilables por nuestra microbiota.

Las más sanas se encuentran en algunos vegetales (frutos secos como almendras, avellanas, pistachos, nueces, cacahuetes y son muy abundantes en aguacate, aceite de oliva virgen extra), semillas (chia, quinoa, girasol, calabaza, cáñamo) y en el pescado azul (salmón, sardinas, boquerones, atún, caballa). Aunque con menor calidad, también en carne blanca (pollo, pavo, solomillo de cerdo). 

Entre sus beneficios destaca que, siendo fuente energética de activación más tardía, es mas duradera que los carbohidratos, mejoran la circulación, la piel, el cabello, el cerebro (previenen la demencia o el Alzheimer), el aparato digestivo, el colesterol, el azúcar en sangre, la coagulación de la sangre, el sistema inmune, los ojos, los huesos y permiten la absorción de vitaminas esenciales (A, D, E y K).